jueves, 17 de noviembre de 2011

Stalingrado

 Batalla de Stalingrado fue un enorme y sangriento enfrentamiento entre las fuerzas alemanas y los ejércitos soviéticos por la ciudad de Stalingrado, actual Volgogrado, entre junio de 1942 y febrero de 1943, durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Con bajas estimadas de tres a cuatro millones de personas, entre soldados de ambos bandos y civiles, la Batalla de Stalingrado es considerada como la más sangrienta en la historia de la humanidad. Los alemanes la llamaron «Rattenkrieg», «guerra de ratas».
Después de que Adolf Hitler desviase fuerzas de la imparable Fall Blau hacia Stalingrado, se libraron dentro de la ciudad intensos combates urbanos, sin que ningún bando se hiciese con el control total de las ruinas. En noviembre de 1942, una contraofensiva soviética atraparía al 6º Ejército Alemán, que sería aniquilado cien días después.
La negativa de Hitler a renunciar a la importantísima ciudad, punto de entrada a la rica región petrolera del Cáucaso, significó la muerte de cientos de miles de soldados de ambos bandos, y más de un millón de civiles rusos. Stalingrado significó el fin de las esperanzas alemanas de capturar el Cáucaso y el Volga. Además, muchos oficiales del ejército alemán se convencieron definitivamentede que Hitler estaba llevando a Alemania al desastre, participando luego en el atentado contra Hitler de 1944.
Stalingrado confirmó lo que muchos expertos militares sospechaban: las fuerzas alemanas no eran lo suficientemente poderosas como para mantener una ofensiva en un frente que se extendía desde el mar Negro hasta el mar Báltico.

Influido por Karl Haushofer, Adolf Hitler pensaba convertir las tierras de la Unión Soviética en colonias alemanas.[2] Entre 1939 y 1941, la Alemania Nazi estuvo ocupada luchando con sus acérrimos enemigos del Occidente: Francia y el Reino Unido (véase Batalla de Francia y Batalla de Inglaterra); no obstante, Hitler nunca perdió de vista su verdadero objetivo: el este de Europa.
El 22 de junio de 1941, Alemania invadió la Unión Soviética, incluso cuando Inglaterra no había sido derrotada. Hitler, convencido de la debilidad soviética, creía que la invasión concluiría antes del invierno y prohibió a sus generales pensar de otra manera.[3] De esta forma, un día antes de la invasión, 3.050.000 soldados alemanes esperarían el inicio de la mayor operación militar hasta la fecha, distribuidos desde Finlandia hasta el mar Negro.[4] Unos 950.000 soldados de otras naciones aliadas de Alemania, acompañaban a los alemanes. Estas tropas desempeñarían un papel fundamental en el desastre alemán en Stalingrado, un año y medio después.
Para diciembre de 1941, era claro que el rumbo de la guerra en la Unión Soviética no era el que el Alto Mando Alemán había planeado, debido a que Leningrado y Sebastopol continuaban resistiendo en el norte y el sur respectivamente[5] y la ofensiva contra Moscú había llegado a un punto muerto. Entonces, cuando menos lo esperaban, los alemanes se encontraron luchando contra una contraofensiva soviética desde la capital rusa y tuvieron que afrontar el hecho de que, a pesar de haber matado y capturado a cientos de miles de soldados del Ejército Rojo en los últimos meses, de alguna manera el Alto Mando Soviético había encontrado reservas suficientes para emprender una poderosa contraofensiva. Tardíamente, los invasores comprenderían que, para fines prácticos, las reservas enemigas eran inagotables.
Habiendo fracasado en capturar Moscú, Hitler se centró entonces en los pozos petrolíferos del Cáucaso. A pesar de no contar con la aprobación de sus generales, Hitler se empeñó en capturar estos yacimientos, e incluso les reprendió, acusándolos de no saber nada de economía.[6] La Operación Azul, como se denominó la campaña alemana en el sur de la Unión Soviética, tenía como objetivos la captura de puntos fuertes en el Volga primero y, posteriormente, el avance sobre el Cáucaso.

[editar] «Operación Azul»: el camino a Stalingrado

Artículos principales: Segunda batalla de Járkov y Fall Blau

[editar] Avance hacia el Don

El 10 de mayo, el general Friedrich Paulus, comandante del 6° Ejército Alemán, presentó al Mariscal de Campo Fedor von Bock un esbozo de la «Operación Federico». Paulus había tomado el mando del 6° Ejército poco antes, después de que su anterior comandante, Walter von Reichenau, falleciera a consecuencia de un ataque cardíaco sufrido después de hacer ejercicio en la campiña rusa a temperaturas bajo cero. La Operación Federico significaba la consolidación del frente delante de Járkov, recién capturada por Alemania. No obstante, el mariscal Semión Timoshenko se adelantó a Paulus, ya que el 12 de mayo emprendió una contraofensiva desde Vorónezh, cuyo objetivo era precisamente la liberación de Jarkov, rodeando al 6° Ejército en un movimiento de pinza. Cuando 640.000 soviéticos junto con 1.200 tanques se lanzaron contra las fuerzas de Paulus, este se encontró al borde del desastre. Solamente la oportuna llegada del 1° Ejército Panzer de Ewald von Kleist permitió revertir la situación de la ofensiva, y en lugar de ser capturados, los hombres de Paulus ayudaron a los de Von Kleist a capturar los Ejércitos soviéticos 6º y 57º en Barvenkovo. Unos 240.000 soldados eslavos fueron capturados, fracasando la contraofensiva de Timoshenko.
El 1 de junio, Adolf Hitler y el mariscal Fedor von Bock presentaron a los generales del Grupo de Ejércitos Sur la Operación Azul en los cuarteles generales de esta unidad, ubicados en Poltava. Al 6° Ejército de Paulus se le encargó la tarea de limpiar Vorónezh, y luego dirigirse a Stalingrado acompañado del 4º Ejército Panzer de Hermann Hoth. Una vez allí, se encargarían de destruir los complejos industriales y de proteger el Cáucaso desde el Norte. En aquel momento, Adolf Hitler no consideraba necesaria la captura de la ciudad.
Para proteger los planes de la Operación Azul, se prohibió tajantemente la transcripción de órdenes; todo debía comunicarse de manera verbal. Sin embargo, el 19 de junio, un avión alemán que llevaba anotaciones personales del general Georg Stumme acerca de la operación fue derribado detrás de las líneas enemigas, y los papeles fueron capturados por los rusos. No obstante, después de que el general Filipp Gólikov los entregara directamente a Stalin, éste los rechazó como falsos, convencido de que Moscú seguía siendo el principal objetivo alemán.
El 28 de junio inició la ofensiva contra Vorónezh, hacia el sur de Rusia, y el error de Stalin fue obvio. Dos días después, las fuerzas de Paulus cruzaron el Donets, con el 2º Ejército Húngaro y el 1.º Ejército Panzer cuidando su izquierda y su derecha respectivamente. Debido al rápido avance alemán, Hitler decidió enviar parte de las fuerzas del 4º Ejército Panzer, que estaban atacando Vorónezh, al Sur. Esto significó un retraso en la captura de Vorónezh, lo que supuso que las fuerzas de Timoshenko, que escapaban hacia Stalingrado, tuvieran más tiempo para hacerlo.
El plan original implicaba que el 6° Ejército y el 4º Ejército Panzer cortaran la retirada a los rusos antes de que éstos se reagruparan, luego atacaran Rostov del Don y después fueran a reforzar las líneas defensivas del Cáucaso. Pero impaciente por el retraso, Hitler cambió el orden del plan, y en lugar de esperar a las fuerzas de Paulus y Hoth, ordenó que se capturaran Stalingrado y el Cáucaso al mismo tiempo.
No contento con esto, Hitler dividió al Grupo de Ejércitos Sur en dos fuerzas: A y B, y los colocó al mando de los mariscales Wilhelm List y Maximilian von Weichs. Sin esperar la opinión de Fedor von Bock, Hitler lo retiró del mando.
Aunque las reservas alemanas de combustible eran alarmantemente escasas, Hitler tomó otra decisión polémica: dividió las fuerzas que se dirigían a Stalingrado, quitándole las unidades mecanizadas al 6° Ejército de Paulus y desviando el 4º Ejército Panzer de Hoth hacia el sur, para ayudar en la captura del resto de las fuerzas de Timoshenko, que se esperaba tendría lugar cerca de Rostov del Don. A Hitler le obsesionaba la idea de anular los restos de las fuerzas de Timoshenko antes de que reforzaran Rostov, lo cual no se logró plenamente, ya que muchas se retiraron a tiempo. Rostov fue atacada y reconquistada por los alemanes el 24 de julio.

A inicios de agosto, Hitler cambió de opinión de nuevo, y ordenó a las fuerzas de Hoth que se dirigieran al este, hacia Stalingrado, después de haberles ordenado inicialmente que fueran al sur. El general Hoth obedeció preocupado, ya que las órdenes cambiantes de Hitler les estaban restando combustible a sus tanques, del que estaba muy escaso. Por otro lado, el bombardeo alemán de Astracán en el mar Caspio había dañado las refinerías de la ciudad, y tomaría un tiempo repararlas, en caso de que lograran capturarlas.
El 9 de agosto, Stalin nombró a Andréi Yeriómenko comandante del Frente de Stalingrado, harto de los continuas derrotas de Timoshenko.
El 23 de agosto Stalingrado recibió su primer bombardeo proveniente de los Heinkel 111 y Junkers 88 del general Wolfram von Richthofen, comandante de la Legión Cóndor durante el bombardeo de Guernica. Se lanzaron 1.000 toneladas de bombas y se perdieron tan sólo tres aeroplanos. Murieron no menos de 5.000 personas ese día. En esa semana morirían 40.000 de los 600.000 habitantes de la ciudad.
El avance alemán por tierra procedía de Gumrak, y lo hacía de manera brutal y arrolladora. Ese mismo día, el 23, la vanguardia del 6.º Ejército alemán alcanzó el Volga. Los soldados estaban emocionados por haber avanzado desde el Don en menos de doce horas, y la moral estaba alta, confiando en una caída rápida de Stalingrado. Por el sur, el avance de Hoth era más lento, ya que Yeremenko había colocado la mayor parte de sus fuerzas contra el 4.º Ejército Panzer, además, Hitler le había quitado al general Hoth un Cuerpo Blindado.
El 29 de agosto, cuando las primeras líneas alemanas aparecían ya en el horizonte de Stalingrado, llegó a la ciudad Zhúkov, quien recientemente había sido nombrado Vicecomandante en Jefe, segundo después de Stalin.
Los primeros carros de combate alemanes llegaron a los suburbios el 1 de septiembre. En aquel momento convergían sobre Stalingrado, por el sur, las 29º y 14º Divisiones motorizadas; por el oeste se acercaban la 24º, 94ª, 71º, 76ª y 295ª Divisiones de infantería blindada; por el norte y hacia el centro de la ciudad, la 100ª División de cazadores, la 389º y 60ª División de infantería motorizada. La ciudad era defendida en ese momento sólo por unos 40.000 soldados contra el 6.º Ejército y el 4.º Ejército Panzer. Estas tropas no sabían (y no debían saber, por motivos de seguridad) que el Ejército Rojo preparaba una ofensiva a gran escala contra el 6.º Ejército alemán.

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